ALVARO CARRILLO

Estando en el internado, formó un cuarteto integrado por Manuel Torres y Gildardo Salinas de Llano Grande, Manuel Carmona de Cacahuatepec y él; quienes se dedicaban a llevar serenatas a guapas muchachas de la región. Entre las preferidas de Álvaro en ese entonces, eran sus creaciones Celia, Morenita Linda y La Amuzgueña.
 
En busca de mejor destino, Álvaro emigró de su tierra natal y se estableció en Ometepec, Gro. allá por el año de 1938, donde conoció a varios amigos. Se dirigió rumbo a Ayotzinapa, Gro; se inscribió en la Escuela Normal de esa población, y estudió dos años. Sus maestros de música fueron el compositor Antonio I. Delgado (Pro-toño) y su esposa Francisca Astudillo (Pro-panchi), siendo director de la Institución el Ing. agrónomo Hipólito Cárdenas, quien lo indujo a estudiar ingeniería en Chapingo. Compartió en Ayotzinapa también, con el profesor Fidel Gallardo Arellano y el ahora ingeniero Eleazar Jiménez Jiménez, paisanos de Tacubaya y Cacahuatepec, Oax. respectivamente.
 
En 1940 llegó a la ciudad de México, donde se conoció con Mateo Aguirre López y Pedro de la Cruz Salinas, precisamente en el negocio “El Pez de Plata”, en las calles de Perú. Pedro de la Cruz le pidió a Álvaro que como solista y en la hora del bohemio, colaborara en su negocio “El Sarape”, en las calles de Venezuela y el Carmen; así también en “La Metralla”; lugares en los que participó posteriormente, Indalecio Ramírez.

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