Regresando a los asuntos religiosos contenidos en el Códice Borgia diremos que estos se muestran estrechmente vinculados con el mito, el rito, la astronomía y el calendario augural-adivinatorio.
Además contiene una amplia y compleja sección intermedia – que solo existe en este códice – con escenas de elaborados rituales relacionados con prácticas mágicas y religiosas efectuadas, en su mayoría, en diversos recintos sagrados. Así como algunas imágenes míticas y de rituales complicados.
Ahora bien, gran parte de su información se utilizó con fines adivinatorios (para predecir el futuro) y augurales (para conocer aspectos favorables o desfavorables del destino humano) por lo que se le designa tacu dahui quevi en lengua mixteca (libro, pintura que registra la cuenta de los días) o libro de los destinos o calendario adivinatorio de índole ritual.
Varias secciones del Códice Borgia ilustran este calendario que abarca lapsos de 260 días divididos en 20 grupos de 13 días, lo que da 20 trecenas.
El significado del primer día del mes determinaba el carácter favorable, nefasto o indiferente de la trecena. Los días que eran 20, además de tener este tipo de manifestaciones, tenían su propio signo o glifo.
A la lectura de estos 260 días se la llamaba como ya hemos mencionado, tacu yehe dahui quevi, la cuenta de los días y destinos.