GACETA MIXTECA ENERO DE 2007

Directorio: Héctor Rivera Pacheco (Sección ecológica), Ricardo Ceballos Soto (Sección histórica), José Baltazar Hdez. Salazar (Sección literaira), Irma Carreón Hernández (Sección infantil).

 

1. Nuevos documentos fincan la historia del pueblo   3. Calle alatriste

 

2. La riqueza histórico cultural de Chazumba

 

4. El tupa: dios de los cerros

 

La riqueza histórico cultural de Chazumba

Santiago Chazumba es un pueblo que tiene más de 5 siglos de vida histórica. A través de esta prolongada existencia lo han habitado miles de personas, seres que han dejado, por diversos medios, huellas de su existencia. Las más palpables son las monumentales obras que nos legaron. Ahí está la hermosa Iglesia que, según la tradición oral,costó mucho sudor, esfuerzos,hambres y hasta sangre de los constructores cuando, por accidente, caían de los andamios. En su interior, los vecinos, a través de los siglos, han depositado su fe y sus haberes, y por largos años se dedicaron a embellecer el templo, para mayor gloria de Dios y, ciertamente, para orgullo de su pueblo ante los forasteros.

La Iglesia Vieja es mudo testimonio del siglo XVI, a los ojos superficiales de muchos vecinos no es mas que una ruina, sin embargo, hay que imaginar a nuestros lejanos antepasados acarreando agua, arena y piedra para levantar esa obra. Hoy nos queda muy poco de su original belleza, como los desnudos muros que hasta hace pocos años mostraban restos de un vívido colorido. Sin duda, en sus tiempos de esplendor, estuvo cubierto por barrocos altares, hermosos retablos y grandes cuadros religiosos, de lo cual poco ha llegado hasta nosotros debido al descuido y negligencia de los ciudadanos.

A principios del siglo XX los vecinos se dieron a la tarea de construir un puente sobre la barranca que atraviesa el pueblo y lo dividía en dos: el Puente "Benito Juárez", así también construyeron la "Escuela Libertad" hoy Casa de la Cultura. Esta obra ocupó varios años entre la 2a y 3a década del siglo pasado. Para todas estas mejoras hubo que acarrear piedra, arena, quemar "piedra de cal" en hornos y el concurso de los vecinos con tequios, faenas y cooperaciones.

En tiempos precortesianos habitaron aquí los ñuiñes, entre el 100 a. C. y el 700 d. C., pobladores antiguos que se dieron a la tarea de levantar pueblos y ciudades que hoy están en ruinas y abandonados en los montes de la región, pero que en sus tiempos de esplendor fueron importantes centros de población donde en los templos y mercados se daban cita los habitantesde toda la región. Muestra de su ingenio son las actuales piedras labradas, en donde por medio de su particular escritura dejaron memoria de sus gobernantes, de sus guerras y de sus dioses. Luego del 750 D. C.los ñuiñes se convirtieron en los Mixtecos; orgullos guerreros, artífices, artistas que en bellos códices pintados dejaron constancia de su historia, así como en las bellas piezas arqueológicas que aparecen en toda la región.

La vida histórica de Chazumba quedó plasmada, para gran fortuna de nuestras generaciones, en varios cientos de documentos que resguardan la Presidencia Municipal y la Iglesia Parroquial del Señor Santiago Apóstol, documentos que son evidencias contundentes del paso y la obra de los seres humanos que han habitado nuestro pueblo, de sus sueños y ambiciones, de sus obras, de sus creencias, de sus vivencias.

El pueblo es rico en tradición y costumbres: La fiesta patronal, la fiesta del Señor de la Esperanza, las Ofrendas de Día de Muertos,el Pan de Canela, el Mole de Chivo, los tamales de fríjol, etc. Además de la rica tradición oral que se concreta en mitos y leyendas que anidan en las mentes de algunos respetables ancianos.

La presencia humana inicia con recolectores y cazadores nómadas, continúa con los habitantes portadores de la cultura ñuiñe, luego los mixtecos y después los habitantes criollos, mestizos e indios durante la é colonial y siglo XIX, y hoy nosotros, los residentes mestizos, mexicanos, oaxaqueños y mixtecos que empezamos un nuevo milenio. Todas y cada una de las generaciones se dio a la tarea de construir y reconstruir su pueblo, por lo que me surge una pregunta: ¿Como hemos de contribuir a cuidar, preservar y difundir las obras de varios cientos de años legadas por las generaciones pasadas?, y varias respuestas: ¿Un Museo? ¿Una sociedad histórica? ¿Un Comité Pro-Cultura?. Las respuestas han de darlas los vecinos. Sin embargo, todas y cada una de ellas debe ser factor de unión entre los ciudadanos, entre las generaciones de ancianos, adultos y jóvenes, entre los profesionistas y no profesionistas, entre los partidos políticos, entre los grupos religiosos. Porque poco, muy poco, avanza en sus proyectos un individuo aislado, sólo unidos y organizados podremos hacer frente a los retos de nuestro tiempo y fincar un mejor futuro. Porque la cultura no es, ni debe ser, factor de desunión. Ya que todos, los nacidos y avecindados que hoy somos habitantes de Chazumba, tenemos el derecho y la obligación,de preservar, rescatar, difundir y vivir nuestro pasado y presente histórico, la herencia que nos dejaron nuestros antepasados y que enriquecida hemos de dejar a las generaciones que vienen.

Ricardo Ceballos Soto.

 

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Nuevos documentos fincan la historia del pueblo

En el Archivo Municipal de Santiago Chazumba se guardan importantes e interesantes documentos que nos permiten reconstruir la historia de nuestro pueblo. Hace poco tiempo tuve la oportunidad de leer 2 documentos que ayudan a precisar algunos datos dentro de la historia comunitaria de nuestro pueblo. El 1o es un documento en papel de algodón, por su estructura misma se infiere que fue la portada de un libro mas extenso, cuyo contenido se deja entrever por el mismo título de la portada que a la razón dice: "Libro de los Vienes de Comunidad en que se a de sentar las Visitas y Autos de ellas deste Pueblo de Santiago Chazumba por haberse separado del Gobierno de Tequisistepeque donde estava suxeto este año de 1715 por despacho del Exmo, señor Duque de Linares Marques de Valdefuentes siendo Alcalde Maior Dn, Francisco Venitez Maldonado". Se puede por tanto suponer que en este texto los vecinos anotaron las propiedades que tenían al momento de separarse del pueblo de Tequixtepec. Este documento, junto con los que posteriormente se localicen en otros Archivos, nos permitirá confirmar que fue en el año de 1715 cuando el pueblo de Chazumba adquirió su independencia del pueblo de Tequixtepec.

El 2o fue elaborado probablemente en 1884, consiste en un Informe que el Ayuntamiento de ese año presenta a las autoridades superiores, donde transcribieron copias de antiguos documentos, los cuales hoy se encuentran destruidos o desaparecidos. En el primero se confirma que estando de Alcalde Mayor de Huajuapan Don Francisco Benítez Maldonado, se hicieron las visitas donde se reconocía a los ciudadanos mixtecos de Chazumba como una Republica de Indios y se les exhortaba a obedecer a su cacique Don Felipe de Guzmán quien además fungiría como gobernador de este pueblo.

El mismo 2o documento hace alusión a otra fecha importante: la erección del curato de Chazumba. El 8 de enero de 1755 el Arzobispo Don Domingo Pantaleón Álvarez, debido a poderosas razones de esa época, para un mejor servicio a la feligresía elevó a categoría de Parroquia la Iglesia de Chazumba, pueblo que hasta entonces había sido evangelizado y atendido por frailes dominicos, fue convertido en curato atendido por clérigos seculares, es decir sacerdotes dependientes del Obispo y del Papa. Ello permite aclarar porqué en la portada del templo de Chazumba aparece el escudo papal, las llaves del cielo y la tiara papal, en lugar de la flor de liz característica de los dominicos. Desafortunadamente este último Informe se encuentra incompleto, pues una parte se encuentra destruida. Con este tipo de documentos las alusiones hechas por otros cronistas locales se ven confirmadas o refutadas, pero en general, gracias a los documentos antiguos que nos hablan de la historia de nuestro pueblo, es posible reconstruir con mas exactitud y veracidad la historia del pueblo de Chazumba y de su región.

Ricardo Ceballos Soto. 

 

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Calle Alatriste

Esta calle es especialmente interesante puesto que une directamente y en línea recta el arco atrial con el arco de acceso al panteón municipal. Esta característica a favorecido uno de los significados, equivocado por cierto, que se le ha dado al nombre de esta calle, ya que muchas personas interpretan el nombre como "Alatriste" o sea que se dirige a la región triste, al lugar de los muertos, al panteón. Otros lo pronuncian mal e incluso lo interpretan como "Alatriste", lado o flanco triste, también con referencia al panteón. Sin embargo ambas menciones son totalmente equivocadas.

El nombre de esta céntrica calle honra la memoria de uno de los hombres más leales del liberalismo mexicano y fiel aliado y defensor de las Leyes de Reforma y del gobierno Juarista, me refiero a don Miguel Cástulo Alatriste Castro.

Don Miguel nació en la Cd. de Puebla en marzo de 1820. Sus padres fueron Don Joaquín Alatriste y Doña Francisca Castro, quienes formaban una familia de clase media. Después de estudiar la educación primaria, su padre le enseñó el oficio de la sastrería, la cual practicó hasta la edad de 17 años. En 1837 se matriculó en el Colegio Carolino en la cátedra de latín y más tarde en la de filosofía, obteniendo en ambas los más altos honores por su dedicación. Realizó los estudios de jurisprudencia en tan sólo 3 años en lugar de los 5 que eran reglamentarios habiéndose titulado de abogado en 1843. Impartió la cátedra de matemáticas y de derecho en la misma escuela. En la Cd. de México fundó la Academia de Literatura para promover este bello arte.

En 1846 se casó con Doña Josefa Conrada Cuesta y en ese mismo año fue nombrado capitán de la 5a Compañía del Batallón de Guardia Nacional "Hidalgo" a cuya cabeza defendió el Valle de México en contra del invasor norteamericano hasta el último combate de esta desigual lucha.

Perdida la capital, se retiró a Puebla donde, el 14 de octubre de 1848 se le nombró primer fiscal interino del Tribunal de justicia del Estado, al mismo tiempo desempeñó otros cargos públicos.

Debido a su carácter francamente liberal, Santana lo desterró de Puebla en dos ocasiones, una a Orizaba y otra a Medellín, donde casi muere al ser envenenado por sus enemigos.

En 1857, fue electo popularmente Gobernador de Puebla. A finales de ese año tuvo que abandonar la Cd. de Puebla por las intrigas de Comonfort y los grupos reaccionarios. Desde esta fecha hasta 1862 defendió con las armas y la ley la soberanía del estado, no obstante, los legisladores lo acusaron de imprevisión por lo que, en un acto de acendrado civismo renunció al cargo y se retiró a la vida privada.

Habiendo sido elevado al rango de general graduado en 1861 y debido a la urgencia de la Patria por su defensa, en marzo de 1862 recibió órdenes de detener el avance de una fuerza conservadora dirigida por Márquez en el pueblo de Chiautla. A pesar de haber cumplido parcialmente la misión, lo numeroso del enemigo acabó por imponerse y, Don Miguel Cástulo Alatriste fue hecho prisionero y conducido a Izúcar de Matamoros donde fue sentenciado a morir fusilado, no sin antes haberle sido hechas las propuestas de renunciar a sus ideales o pagar una suma por su rescate, ambas cosas que rechazó, la primera por indigna y la segunda por impagable.

La sentencia se cumplió el 11 de abril de 1862, siendo sepultado primero en la capilla del lugar y después trasladados sus restos a la Cd. de Puebla.

Don Miguel Cástulo Alatriste fue un hombre de ciencia, difundió la luz de su saber en la cátedra y desde las páginas del libro, poniendo en práctica el medio más seguro de redimir al pueblo; demócrata sincero, luchó en el foro, en la tribuna, en los comicios, por los derechos de éste; y como soldado, expuso la vida y al fin la sacrificó en aras de la independencia y la libertad. Odió y combatió a la tiranía en todas sus formas: la del sable, la del clero y la más ominosa de todas, la del oscurantismo.

Baltazar

 

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El tupa: dios de los cerros

Constantemente nos quejamos de que somos un país falto de lectores, aun cuando esto es verdad, también es cierto que a veces no encontramos algo interesante para leer. La importancia de recomendar un libro radica en presentar las virtudes de su lectura. Estos breves renglones quieren sintetizar un libro ampliamente recomendado para toda la región: El Tupa: El mito de un ser fantástico en una comunidad mixteca., del Dr. Neftalí González Huerta.

La narración se centra en un aspecto por demás importante de la vida de Yolotepec: la cultura tradicional, los mitos, leyendas, tradiciones, costumbres, anécdotas y creencias, pero especialmente en una creencia común a todos los pueblos mixtecos, la existencia del "Cerro", entendido éste como un ser sobrenatural al cual se le otorgan ofrendas y respeto y del cual se pueden obtener favores como: dinero, ganado, buenas cosechas o lluvias abundantes.

Para reunir información, el autor se dio a la tarea de platicar con ancianos de su pueblo, ellos le contaron las características de este ser misterioso y fascinante, además de anécdotas relacionadas con el comercio del sombrero, el carnaval, los primeros camiones, la maroma y el payaso "Chiquilín", tan apreciado en Chazumba. Además, se habla de otros seres poco conocidos y casi olvidados: la I'na, el ánima de la gente muerta que pasa recogiendo sus pasos; el Ya'achi, un viento fuerte que se convierte en remolino y cuya fuerza destruye milpas y, como si tuviera pensamiento, recorre los caminos en busca de la gente. Como este remolino trae desgracias se le evita, se le escupe o se le hace la señal de la cruz. Y así, sus páginas nos cuentan de otras muchas creencias que tenían y tienen los habitantes de nuestra región.

El texto es ameno, la narrativa es sencilla. Se encuentra salpicado de interesantes y divertidas anécdotas de la vida pueblerina, recomendaciones que se daban a los jóvenes, etc. Vaya nuestro reconocimiento al autor por recuperar parte de nuestra cultura, deseando que la lectura del libro sea un incentivo para comprender, rescatar y valorar la cultura tradicional, eso que nos da "identidad cultural" como chazumbeños, mixtecos y oaxaqueños.

Ricardo Ceballos Soto


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