José Baltazar Hernández Salazar, Chazumba, Oax. 1993.
Gracias te doy mi Dios
cada día que veo nacer,
por la ocasión precoz
de tu gracia merecer.
No me arredran los escollos,
domeƱarlos es la meta,
que el vivir falto de embrollos
no es felicidad completa.
Una vida sin aprietos
no merece ser vivida,
el ocio mata los talentos
y colma el ser de villanía.
Te agradezco de todo corazón
cada traba que en mi vida pones,
al sortearlas tengo una razón
para loar la bondad de tus dones.
Por el gusto amargo de las penas
las mieles he sabido aquilatar,
es necesario que la flor muera
para que el fruto pueda madurar.
Yo bendigo el aire que respiro
y el dorado rayo que da calor,
porque en ellos veo de tu obra el signo:
perfecta, grandiosa, llena de amor.