EVENTOS HISTÓRICOS

Versión presentada originalmente por Don Máximo Benítez.
Algunos textos fueron modificados por el compilador para darle coherencia literaria.

Hay una versión que dice que la tribu que fundó el pueblo de Tequixtepec se dividió, pero no se sabe la fecha de tal suceso. Una parte de los pobladores, para no crear problemas a su pueblo, dispuso emigrar en busca de otro lugar para fundar su nuevo pueblo. Dicen que los dos bandos tuvieron un buen acuerdo y se repartieron los bienes que habían adquirido mancomunadamente. Se repartieron instrumentos de música, joyas y una campana.

El grupo que emigró lo hizo con rumbo a las montañas de Zapoquila, por el Río de las Manzanas, por Cuauhtepec. Al poco tiempo no les gustó y marcharon con rumbo a Petlalcingo. Después de algún tiempo, tampoco les gustó y regresaron a estos rumbos. Caminaron río abajo hasta llegar a los terrenos de lo que hoy es Paredones. Ahí les gustó y se estacionaron. Tomaron sus acuerdos y decidieron construir un templo para poder orar a sus dioses. Empezaron a plantar los cimientos, sin embargo, al poco tiempo ya no les pareció agradable el lugar y otra vez decidieron reiniciar la marcha, no sin antes enterrar en ese lugar sus instrumentos musicales, joyas y la campana.

Ahora dirigieron sus pasos hacia el norte, hacia lo que hoy es el estado de Puebla. Al encontrar las llanuras poblanas detuvieron su marcha e iniciaron la construcción de un nuevo poblado al que llamaron Ñuu yuli, Pueblo de los Abuelos. Pueblo que hasta la actualidad existe con el nombre de Santa María Chimecatitlán. En este pueblo, aun hoy, se habla mixteco y tejen sombreros de palma.

Al paso del tiempo, los ancianos añoraban su cuna, sus antiguos terrenos, suspiraban por su pueblo primitivo. Así que, un día, decidieron regresar a Tequixtepec e insinuaron a sus hijos su deseo, pero ellos no quisieron hacerlo pues ya se habían acostumbrado a su nuevo hogar y las ventajas de esa tierra. Entonces, las gentes grandes bendijeron a sus hijos y los dejaron ahí, con el ofrecimiento de que los visitarían de vez en cuando.

Se marcharon, pero en el camino, la personal principal, la que venía al frente del grupo les dijo que no era conveniente que regresaran al pueblo, pues eso sería una vergüenza muy grande, que lo más conveniente sería que buscaran un lugar favorable y cercano a Tequixtepec. Así lo hicieron.

Buscando un lugar apropiado llegaron a un sitio llamado Ocotlán. Ahí había agua, tenía espacios planos para el cultivo y montes para la recolección y la cacería. Decidieron quedarse y fundar su pueblo al cual pusieron por nombre Yodoquinsi, Llano pinto o Llano matizado.

Según una versión legendaria, ahí estaba el pueblo cuando sucedió la invasión azteca. Dicen que los aztecas se posesionaron del cerro Izote y de ahí bajaban a combatir a los mixtecos, con los cuales se enfrentaban en el río que corre por la llanura que divide a ambos cerros. No se sabe el tiempo que transcurrió en constantes luchas, hasta que los aztecas dominaron a los mixtecos del Ocotlán, pero lo cierto es que al ganar los aztecas, que hablaban nahuatl, le cambiaron el nombre al pueblo, el cual ahora se llamaría Chaltzompan, que significa “Hacia la cumbre de la esmeralda”, quizá en referencia al cerro Yucuzaa que en época de lluvias la vegetación reverdece y se cubre de un color verde impresionante.

Se corrobora lo cierto de la versión que dice que los aztecas se establecieron en lo alto del cerro Izote porque en la cima de dicho cerro se encuentran restos de edificios, plataformas, canales de desagüe, avenidas y una piedra sacrificial rota. En cuanto al Ocotlán, se observan restos arquitectónicos que indican inequívocamente que son de una pirámide, así como una estructura parecida a un templo y un sótano, el cual fue derruido y saqueado criminalmente hace algunos años. En estos lugares se han encontrado objetos de barro y piedra que, en su mayoría, se encuentran en manos de particulares que ignoran su gran valor histórico y egoístamente los esconden al conocimiento público, aunque algunos pocos objetos, muy pocos diría yo, fueron donados por el autor a la Casa de Cultura en 1995 para iniciar la construcción de un Museo Comunitario. (Se anexa una lista de esta donación)

No se sabe la fecha en que el pueblo se trasladó del Ocotlán a su actual asentamiento. Hay dos versiones mitológicas que explican las causas que motivaron el cambio de lugar.

Primera: Dicen que de noche desaparecía alguna persona de su casa habitación, nadie se daba cuenta del momento ni la forma en que lo hacía, lo trágico es que nadie volvía a saber de ella.

Segunda: Se dice que de noche entraban unas culebras en las casas y mordían a sus moradores causándoles a muchos la muerte. Eso los obligó a abandonar ese peligroso lugar.

Las dos versiones pueden creerse porque en aquellos tiempos hablaban mucho del encanto.